La medicina Yoruba tiene sus raices en el culto de Ifa, un texto religioso
revelado por el profeta místico, Orunmila, hace más de 4.000 años en la antigua ciudad de Ile, en Yorubaland.
Las enseñanzas de Orunmila al Pueblo Yoruba se centran en la adivinación, la oración, el baile, gestos simbólicos, la superación personal y comunitaria, los baños espirituales, la meditación y la farmacia herbaria. Aunque la medicina Yoruba se ha practicado en Africa durante más de 4.000 años, sus principios fundamentales son poco conocido fuera de los paises donde se ha venido practicando. Las técnicas médicas de diagnóstico y tratamiento que emplea , tratan no solo de neutralizar las fuerzas negativas de la enfermedad en el cuerpo humano, sino también lograr el esclarecimiento espiritual y la superación como medios para liberar el alma.
Para entender los principios de la medicina yoruba , hay que tener en cuenta otra cultura médica de la que ella procede, la medicina del Antiguo Egipto, lugar donde por primera vez en la historia médica se separaron los elementos religiosos, mágicos y empíricos, y de donde, hacia el año 750 a.c., el griego Hipócrates, padre de la medicina occidental, aprendería los principios y las técnicas que llevaría a Europa.
Cuando el Pueblo Yoruba inició su emigración desde el Valle de Nilo, hace más de 4.000 años, llevaron consigo la ciencia medica egipcia, sus conocimientos herbarios, y fueron incorporando a ambos su propio ideario religioso y sus habitos culturales.
De un punto de vista conceptual, el herbalismo Osain (yoruba) es una religión, una filosofía, y una ciencia, Así, los practicantes del sistema Osain, buscan el equilibrio entre la salud corporal, su ser espiritual (realidad inmortal), y su relación con el Ser Supremo. Esto se logra a través de hierbas, baños espirituales, una vida recta, dieta, y la realización de determinados rituales. Por esto, Osain es un viaje interior que abarca todos los aspectos de la vida.
El trabajo del Oloogun (sanador) es ayudar al paciente a superar las fuerzas contrarias que rompen su salud. Los Orisha o espíritus (deidades) enviados desde el cielo por Olorun, el dios Supremo, para luchar continuamente a favor de la superación y purificación de la naturaleza humana, se ven constantemente en lucha con los "ajogun", seres demoníacos, fuerzas destructivas de la naturaleza que tratan de corromper y destruir al ser humano.
De entre los muchos Orisha del sistema Osain que sirven a propósitos diferentes, exponemos a continuación, los siete Orisha mayores. (Estos siete Orishas tienen una clara correlación con el antiguo concepto egipcio de las siete aperturas en la cabeza.)
Orisha Atributos
Cada uno de estos Orishas en una fuerza que activa o estimula a otro Orisha. Cada Orisha se caracteriza por ciertos atributos y está a cargo de las funciones de órganos específicos del cuerpo. Cada uno tiene su fuerza dual , ajogun (fuerza demoniaca) y Orisha (fuerza positiva). Cada uno de estos Orishas se situan en un lugar específico del cuerpo. Por consiguiente, es importante usar el tratamiento herbario correspondiente para corregir la enfermedad concreta. Orisha Correspondencias físicas
EWE (Hierbas)
Diagnóstico y TratamientoEl Oloogun (médico) que practica la medicina yoruba, además de analizar los síntomas del enfermo, busca las causas emocionales y espirituales de la enfermedad para aplacar las fuerzas negativas (ajogun) y sólo después, propondrá el tratamiento que considere adecuado y que puede incluir, además de hierbas en forma de infusión, enema, etc., baños espirituales, un sacrificio simbólico, canciones, bailes, oraciones, así como un cambio en la dieta del enfermo. Según la medicina yoruba, siempre que nosotros escuchemos a nuestros cuerpos, él nos proporcionará la preparación y el conocimiento apropiado que necesitamos para recobrar nuestro equilibrio.Consideran que la única curación completa para una dolencia debe incluir un cambio de "conciencia " (Ori) donde el individuo reconoce la causa de la raíz y desea eliminarla. Critican la curación superficial del médico Occidental, que mediante drogas elimina le efecto molesto del dolor, pero que al no eliminar las causas que provocan los síntomas de la enfermedad, ésta, aunque de momento deje de manifestarse, puede volver a crear el mismo mal al enfermo. |
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