su día es el sábado y sus números 5 - 10 - 15 - 25, se
HIERBAS DE OCHÚN
Antes de venir a la Tierra, fueron a Ifa para que les adivinara, y el profeta del Señor, Orunmila, les instruyó siempre honrar a Ochún, pues su aché o medicina es extremadamente importante para ayudar a civilizar a la humanidad y a guiar su evolución. Cada una de las 16 abejas tenía su aché, sus propios talentos y poderes que eran usados para el beneficio de la humanidad. Pero a las demás no les gustó Ochún, la oricha fémina, por ser diferente. Se comportaba como si fuera una diva y sabía que era bella y sabia. Por eso la excluyeron en todo lo que hicieron, y solo le asignaron quehaceres triviales a
ella. No compartieron con ella y la maltrataron. Ella se sintió aislada, pero debido a su virtud, no perdió la cabeza ni se enfureció. Lo que sí hizo, fue que en lugar de echar bendiciones, dejó de bendecir con su aché a los demás, porque ella sabía que solo se debe compartir el aché, la energía, con aquellos que lo ameritan. Y así los trabajadores comenzaron a darse cuenta de que nada que hacían valía la pena, nada rendía frutos, la tierra ya no era fértil y sus métodos para todo ya no eran útiles. Ya no había desenvolvimiento. Dejaron de prosperar y evolucionar. Su frustración a la larga los llevó a los pies del profeta Orunmila donde fueron adivinados para ver que sucedía. Al verlos Orunmila, dijo de inmediato: "¿Donde está Ochún? ¿Por qué no les acompaña? ¿Porqué no la están incluyendo en todo lo que hacen, y honrando como les fue instruido antes de ser enviados a la tierra?” "Es porque es la única mujer y tiene toda la fertilidad", respondieron.
Vive en el río, siempre acompaña a Yemaya, se representa como una mulata bella, simpática, buena bailadora, fiestera y eternamente alegre, es capaz de resolver tanto, provocar riñas entre orichas y hombres. Ochún es la bella entre las bellas, cantaba y jugaba en el monte por donde le gusta pasearse, ella amansa a los animales y las fieras, ni el alacrán la pica, Yemaya la tomo bajo su protección, y le regalo el río para que viviera, para alegrarla la cubrió de joyas, corales e infinitas riquezas, por eso que Ochún vive en el río y quiere tanto a Yemaya. Sus colores son el amarillo, perotambién los coralinos y verdes agua, sincretiza con la Caridad del Cobre.
Mito africano, inspirado por un patakí o leyenda mistérica de la Santería que forma parte de los odús de las escrituras sagradas orales del oráculo de Ifá y sucedió que cuando el Creador, Olodumaré, envió a las 16 abejas trabajadoras a la Tierra al principio de los tiempos para que civilizaran a la humanidad, incluyó entre ellas a una llamada Ochún.
TRATADO DE OSHUN
Solamente oímos su nombre Oshun y en el momento se conjura sensualidad, amor, sexualidad, romanticismo, delicadeza, dulzura, alegría, agua dulce, serenidad, la luna, oro, deseos carnales entre otros. Oshun es todo lo antes dicho y mucho más. Ella es la rumbera, y la culpable de que dos hombres se maten por ella. La historia Yoruba dice que Oshun es la hija más pequeña de Olodumare. En la tierna Yoruba hay un río que Lleva su nombre, por ser sus aguas más dulces que el azúcar. En el tiempo esclavista Oshun se escondió detrás de la fachada de la imagen católica de La Caridad del cobre para poder disimular y poder propagar la religión Africana sin que los amos se dieran cuenta. Oshun se hace en la cabeza de su hijo es mulata 0 mestiza donde se unieron la sangre española con la Yoruba. Oshun es la mulata, quien con su cintura contonea como si el viento fuera de ella su hermosa Arrogancia. Dueña de todos los ríos del mundo donde todo hijo de santo debe ir a buscar su bendición antes de asentar cualquier santo. Mi reina dueña de todo lo bueno y dulce, cariñosa, amante de todo el mundo, fiestera, dulce hasta repugnante, mujer bella escultural, simple mujer que se conforma con su chivo capón, miel, girasoles, ochin-chin y sus dos gallinas, tu mujer que flaqueas ante las calabazas y naranja china tu misma que usas tu botecito en las tardes de los viernes para navegar los ríos de los mundos de tus hijos para así Llevarte sus penas te pido que vengas y navegues por los ríos de mis penas y te lleves mis sufrimientos y de todo aquel que merezca tu intervención, Te pedimos que mires entre nosotros en especial las partes del cuerpo humano que Olodumare te ordeno intervinieras y te lleves lo malo que nos pueda perturbar la salud. Tu apetevi soro obini de Ifa, tráenos el consuelo y si pudieras después de todo derramar oro perturbar la salud. Tu apetevi soro obini de Ifa, tráenos el consuelo y si pudieras después de todo derramar oro para así poder llevar nuestras deudas.
Ochún socorre a Orula En mitad de la selva imaginaria de la tierra de los orishas, vivían Ochún, Oggún, Changó y Orula. Ochún, tan sensual, bella y erótica como liviana, vivía maritalmente con Changó, pero esto no le impedía flirtear con Oggún y con cualquier caminante que se perdiera en ese monte lleno de sorpresas.
Por ese entonces, Orula, baldado y en silla de ruedas, decidió registrarse buscando saber hasta cuándo duraría su desgracia. Se tiró el ékuele y le salió la letra Iroso Sa, que le recomendaba hacerse ebbó a toda carrera. En este registro se le advertía también que tuviera mucho cuidado con el fuego, pues Changó se habla percatado de las infidelidades de su mujer. Ochún, apenada porque Orula en su lecho de enfermo no podía salir a buscar las cosas necesarias para hacer el ebbó, inmediatamente se las trajo. Orula le quedó muy agradecido. Un día de primavera, mientras Ochún cocinaba una adié, la comida preferida de Orula, Changó acechaba para lograr su venganza. Seguro de encontrar juntos a Ochún, Oggún y Orula, formó una gran tormenta y, con sus rayos implacables, le prendió fuego a la choza de Orula. Oggún salió corriendo. Orula, del susto, volvió a caminar y logró alcanzar la espesura. Ochún, quien buscaba orégano y albahaca para sazonar la adié, al ver las llamas pensó en la invalidez del pobre Orula. A riesgo de su vida, penetró en la casa para salvarlo. Al no encontrarlo allí, desesperada y casi ahogada por el humo, salió llorando. Cuando vio a Orula, sano y salvo en un clarito del monte, se abrazó a él.
Emocionados, ambos se juraron amistad eterna. Orula le dijo: "Tú, que fuiste la pecadora, te acordaste de mí en los momentos más difíciles. De ahora en adelante, comerás conmigo. Haremos juntos nuestra comida predilecta, la adié. Te nombro, además, mi apetebi. Juntos andaremos los caminos de los oddun y de los hombres”. Iború, Iboya, Ibocheché.
Oración a Oshun
Reina y Madre del Amor , la dulzura y la armonía, ante ti comparezco, fiel y devoto/a, para que escuches mis plegarias y me liberes de todas las cosas malas ,obstáculos, accidentes y todo tipos de energías negativas dirigidas hacia mi persona, concédeme este favor que hoy vengo a pedirte y pediré día a día. Ponme a salvo mi querida Madre porque yo te amo, y tú tienes la fuerza para hacerlo. Concédemelo madre del amor. Amén.
Oración a Oshun
Oriki para Oshun Mbe, Mbe, ma Yeye. Mbe, Mbe, L’Oro, Oshun awuraolu, Serge si elewe roju oniki. Latojoku awe de we mo, Eni ide ki su omi a san rere, Alose k’oju ewuji o san rere… Alode k’oju ewuji o san rere. O male odale o san rere.
Orula conquista a oshun
La muchacha más linda de la región era Yeyé. Todos le decían: “Cásate conmigo”, pero no respondía, se sonreía y caminaba con esa gracia en las caderas que sólo ella tiene. Era tal el acoso, que su madre le dijo un día a los enamorados: “Mi hija tiene un nombre secreto que nadie conoce. El que lo averigüe, será su esposo.” Uno de los enamorados era Orula u Orunmila, el dios de los oráculos. En esta oportunidad él no podía averiguar cómo se llamaba la linda muchacha.
Entonces le pidió ayuda a Elegua y le dijo: “Averigua el nombre de la muchacha que tiene rotos los corazones de los hombres. Sólo tú, que eres tan hábil, puedes conseguirlo.” Disfrazado unas veces de viejo, otras de niño y hasta fingiéndose dormido, Eleguá estaba siempre cerca de la casa de Oshun , procurando averiguar cuál era el nombre. Como la paciencia tiene su recompensa, un día la madre, que jamás decía el nombre en voz alta, la llamó diciéndole: “Ven acá, Oshún.” Eleguá oyó el nombre y se dijo: “Oshún es su nombre secreto.” Sin pérdida de tiempo, se reunió con Orúnmila y le contó lo que había sucedido. Aquel, que ya por esa época era un babalawo muy respetado, fue a donde estaba la madre de la muchacha y cuando estuvo reunido con las dos, dijo: “Vas a ser mi esposa, porque sé tu nombre: te llamas Oshún.”
Patakin:
Hubo una ocasión en que oshun estaba pasando mucho trabajo y por mucho que se esforzaba en mejorar de vida, cada día estaba peor. Un día en que ella estaba agotada de tanto caminar, se sentó al pie de un camino por el cual en esos momentos pasaba eshu, que al verla se asombro del estado en que se encontraba. Este le pregunto porque estaba así y ella le conto todos los trabajos que estaba pasando, y además los desengaños que había tenido. Eshu se intereso y le dijo a oshun que la iba a llevar para la casa de orunmila, para que este la ayudara, para que de esta manera ella pudiera encontrar lo perdido.
Cuando eshu llego con oshun a casa de orunmila este se quedo mas asombrado que eshu al ver en el estado en que se encontraba, pero le dijo a oshun que no se preocupara pues el haría lo posible por ayudarla. Orunmila le hizo osode y le vio este ifa y le dijo que ella tenía que hacer ebbo con: akuko fifesho, adie meyi, ewe obure, ewe dara, y ewe dayan y que después que hiciera el ebbo y con el ewe obure hiciera oshinshin y lo llevara a ibu losa y que con los otros ewe se diera un baño en ibu y que ella cambiaria su situación, también le recomendó que tuviera cuidados al hacer favores para que no volviera a pasar trabajos y al mismo tiempo ella iba a pasar un bochorno, cuyo bochorno le iba a hacer bien, que dejara la ropa que llevaba puesta en el rio al darse el baño. Oshun hizo lo que orunmila le había indicado, pero cuando ella volvió de darse el baño en el rio, regreso a casa de orunmila a buscar sus pertenencias que ella había dejado, pero orunmila al verla tan cambiada se enamoro de ella y le hizo el amor e hicieron ofikale y estando en estas condiciones a oshun le bajo la menstruación la cual la tenia retenida hacia bastante tiempo, ella se abochorno pero al mismo tiempo se alegro del advenimiento de ashupa.
Pattaki de ochun:
A la bella Ochún le gustaba pasearse por el monte, donde bailando y cantando, jugaba con los animales quienes la respetaban y ni el alacrán la picaba. Oggún un día la vio pasar y quedó prendado de su belleza, sin poder contenerse la persiguió para poseerla. Ochún, que a quien amaba era a Changó, huyó del fiero Oggún atravesando por los montes hasta llegar al río al cual se lanzó y se dejó llevar por la corriente llegando a la desembocadura con el mar. Es aquí donde se tropezó con la poderosa Yemayá, quien se compadeció de ella y la protegió. Yemayá la regaló entonces a Ochún el río para que viviera en él y para alegrarla, la cubrió de joyas, corales y otras riquezas. Por esto es que Ochún vive en el río y quiere tanto a Yemayá. Se dice que con Changó tuvo amores muy ardientes y éste siempre la prefirió. A Obba, legítima esposa de Changó, la traicionó Oshún cuando le aconsejó que se cortara las orejas para preparar el Kalulú, plato favorito del dios del trueno, esto le costó a Obba ser repudiada por su esposo. Oshún tuvo amores también con Agayú, que la conoció como sirena en el río. Hay un patakí que cuenta cómo una vez Olodumare se llevó todas las aguas para castigo de los hombres. Los ríos y las lagunas se secaron, los peces, los animales y los hombres morían de sed. Ifá puso en un ceso ofrendas que debían conducirse al cielo, Oshún se encargó de ello. Por el camino se encontró a Elegguá y le entregó aguja e hilos, luego se encontró con Obatalá y le regaló los huevos que llevaba, Obatalá en reciprocidad, le indicó donde estaba la puerta del cielo. Al llegar al cielo, Oshún vio que una gran cantidad de niños cuidaban la puerta de entrada y les repartió dulces para que la dejaran entrar. Olodumare la oyó y accedió a dejar caer la lluvia de nuevo sobre la tierra. Se llenaron los ríos y la naturaleza revivió en todo su esplendor.
Ochun Caminos
Ochún Kayodé: como Yeyé Moró, se pasa la vida rumbeando, y es muy alegre y servicial. Miwá, observa la misma conducta ya que es “ligera de cascos”. En Oyó, el orishá changó la tuvo como esposa, y era muy respetada y querida. Sus riquezas eran incomparables, y a través de ellas, engalanó a su esposo para que le enseñase el arte adivinatorio de Até. Se la funda en un otá de río bien pulido, redondo, de colores marrones en degradé. Sus caracoles son también marrón oscuro, y lleva una llave de oro que le obsequió Elegguá, con las que abre las puertas de la felicidad, de los corazones de la gente, pues todos la quieren.
Eyé Moró (Yeyé Karí): La más alegre, coqueta y disipada de todas. Continuamente está de juerga, pachanga, se pinta, se mira en el espejo, se perfuma, y hasta con los muertos coquetea. Tiene una gran afiliación con Eggún, motivo por el cual muchos lucumí la consideran mungungu, o reina ngangá.
Ochún Aña: es la Oxúm de los tambores. En el batá, se suelen cruzar los seconde (segundo tambor de la orquesta) en nombre de Aña. Se nota su buen asentamiento, cuando ella baila frente a éste, pues es su predilecto y muy rítmico de por cierto, entonces aceptó el tambor. La dupla Alafi - Aña, es muy común entre los cuerpos de rada (tamboreros) de las Reglas cubanas.
Ochún Yumú (Bumí): Teje mallas, redes y cestos para los pescadores. Vieja y sorda, también fabrica jarros de barro. Muy severa, está vinculada con Oggún. Habitualmente a ella se la considera su mujer. Es la más rica de todas, y “no le gustan las fiestas”. Su fundamento tiene la forma de un pez, es de cerámica blanca, y su otá presenta características de una piedra de río plana, con forma de corazón, de color amarillo azufrado, porosa. Lleva anzuelos, remos, redes, mucho oro, y cosas de la kalunga (cementerio).
Yumú está asociada a los muertos, sale del río y maneja la pica y el azadón en Izokú (también llamados así a los cementerios). Trae a sus hijos la prosperidad comercial en todo lo que emprendan. Se mece en una mecedora, una comadrita, en el fondo del río.
Ochún Sekesé : Es sumamente seria. Se la asienta con un muñeco de madera, que tenga los pechos muy abultados, pues “tiene bastante alimento para darle de mamar a su hijo”. Algunos pueblos de África, como ser Takuá, lucumí e Ijebu, suelen ponerle un niño entre los brazos. Es fiel mujer de Xangó, y a éste orishá se le atribuye ese hijo, el Xangó Ibeji. Akuaro ( Ibú ) ochún: vive entre el mar y el río, por tanto, es de agua salada o dulce. Es la que prepara los amarres sentimentales a través de filtros para el amor. Se le suele llevar hasta su jurisdicción ofrendas, ochinchín, con mucha miel, bastante oro y perfumes, y una botella de sidra dulce. Antes de llegar al lugar, hay que hacerle ebbó a Yemayá, su madre adoptiva quién la recogió en su desesperada huida. Akuara, para muchos lucumí, es uno de los pasajes más viejos de Ochún, que viene de Dajomi. Nada se escapa a sus ataduras…
Ochún Akuara ó Ibú: Es también buena bailadora y de carácter alegre, trabajadora, le gusta hacer el bien, atiende a los enfermos, como Yemaya, amarra a los abikús.
Ochún Funké: Es sabia, y tiene grandes conocimientos sobre la magia. Junto a changó, su marido - una de las mejores afinidades de estos orishas -, aprendió los secretos de la hechicería y la adivinación. Su padrino es Orulá. Ochún Fumiké: está relacionada con Obatalá. Le concede hijos a las mujeres estériles y quiere mucho a los niños. Cuando una mujer no puede quedar embarazada, se le hace un omiero con yerbas del monte de Ochún; luego se la impregna con miel. Una vez que la señora quedó en cinta, para mantenerlo ( pues también se puede ser propensa a perderlo ), se ata un cordón amarillo alrededor del vientre de la embarazada, flojo, para que la pancita siga creciendo y la criatura no se “desprenda”. A Fumiké se la fundamenta en una sopera blanca de cerámica, pues es el atributo que le concedió Obatalá, para dar vida y nacimiento a nuevas personas en la tierra.
Ololodí (Olodí): Como Yumu vive en los fondos de los ríos. Borda y teje sumida en el agua, con sus peces, una estrella y la media luna. Es muy sirena. También es media sorda, y tarda en responder a su invocación. Muy casera, Señora de respeto. Sólo se ocupa de asuntos verdaderamente serios.
Es menester agitar con fuerza un agogó o campanilla, que antes era de cobre y hoy es de plata, o llamarla como a Atití, con una trompeta en forma de cuerno del mismo metal. No baila, tiene grandes conocimientos es la Ochún instructora.
TakuáEdé (Pandá): Es elegante, gran señora, le gusta la música, concurre a las fiestas, pero es juiciosa y fiel mujer de Xangó y de su hogar.
Terriblemente celosa, sus ojos irradian odio y bravura cuando otra orisha intenta reconquistar al “galán”. Se la funda en una fuente o sopera de cerámica blanca, con un muñeco de madera, que tenga los ojos grandes enmarcados por dos caracolas abiertas o güiro. Edé (Pandá): es elegante, gran señora, le gusta la música, concurre a las fiestas, pero es juiciosa y fiel mujer de Changó y de su hogar. Terriblemente celosa, sus ojos irradian odio y bravura cuando otra orisha intenta reconquistar al “galán”. Se la funda en una fuente o sopera de cerámica blanca, con un muñeco de madera, que tenga los ojos grandes enmarcados por dos caracolas abiertas o güiro.
Ochún Niwé (Migwé): vive entre los juncos del río. Está muy asociada con Naná Burukú, y ambas entretejen cestos y canastos para los pescadores. Se la simboliza en una imagen de madera, muy oscura, pues su cuerpo siempre está impregnado de barro, y lleva los mismos atributos que su amiga
Naná. Ochún Niwé: Vive en la manigua.
Eyé Moró (Yeyé Karí): La más alegre, coqueta y disipada de todas. Continuamente está de juerga, pachanga, se pinta, se mira en el espejo, se perfuma, y hasta con los muertos coquetea. Tiene una gran afiliación con Eggún, motivo por el cual muchos lucumí la consideran mungungu, o reina ngangá. Ochún Miwá. - Observa la misma conducta, ligera de cascos.
Ochún Aña: La de los tambores.
]-->
]-->
Ochún Yumú, Ochún Gumí: Son aspectos serios de la diosa, teje mallas, jamos y cestos para los pescadores, Yumú, vieja y sorda fabrica jarros de barro, es la más rica de todas, no le gusta la fiesta y es muy reservada
Ochún Ololodí ó Olodí: Como Yumú, vive en el fondo del rió, borda y teje bajo el agua, con sus peces, una estrella y la media luna. Es una sirena. Muy sorda, cuando se le llama tarda en responder, es menester agitar con fuerza un agogó, una campanilla ó llamarla con una trompete en forma de cuerno, de plata, es muy casera, señora de respeto, solo se ocupa de asuntos serios, no baila.
Ochún Kolé Kolé ó Akalá Kalá,Ikolé, Bankolé ó Ochún Ibú Kolé: En este camino, la risueña y seductora Ochún que ha caído muy bajo, se arrastra por el fondo del arroyo, es una hechicera empedernida, inseparable del aura tiñosa, y de ahí el sobrenombre de Ibú Kolé, se halla de una miseria abyecta, posee un solo túnico, que era amarillo, su color emblemático, y de que tanto lavarlo se convirtió blanco, come lo que lleva el aura, vuela con ella ó en ella, todas sus obras son malas.
Ochún Awé: En este camino a diosa del amor, no se parece en nada a la mujer exuberante de vida y de alegría, limpia y perfumada, que corre como venado para llegar a la fiesta, cuando escucha repicar los tambores y que el viejo llama a Ochún Galadé,Ochún Awé, es Ochún afligida junto al Ikú, Ochún con la ropa sucia.
HIERBAS DE OCHÚN
Recedad, abre caminos, flor de agua, alacrancillo rosado, himo macho, anon,platanillo de cuba, botón de oro, flor de muerto, calabaza, almacigo, cerraja, mamey colorado, culantrillo de pozo, mari Lope, embeleso, cundiamor, guacamaya francesa, pomorosa, guama de costa, jaboncillo, maravilla amarilla, hierba de la vieja, no me olvides, girasol, romerillo, zapote, albahaca, saúco, hierba de la niña, lechuguilla, hierba añil, verbena, prodigiosa, paraguitas, helecho, berro, lechuga, hierba buena, albahaca morada, guamá, guásima, panetela, huevo de gallo, helecho de rió, guacamaya, hierba mora, corazón de paloma, cucaracha, diez del día, orozú, palo de canela.
Oshun Apeterbi de Orula
Este Orisha femenino representa la lucha de la vida, es dueña del Río, es la Diosa del Amor, nació en una covacha muy bonita a la orilla del Río y Mar. Es la capataz de los Eggun, viste de Blanco y Amarillo, es hija de Nana Burukú y Olofin. Oshún tuvo hijos con: Oddua, Orunmila e Inle. Con Oddua tuvo a Oloshe (niña), con Orunmila tuvo a Porote (Niña) y con Inle tuvo a Logun Ede (andrógino). Oshún es la cuida el OJUBO DE ODDUA YYEWA. Oshún al principio de la Tierra, era Cocinera de los Orishas, éstos no la consideraban y ella trastornaba a todos con sus polvos hasta que hubo que considerarla; es el único Orisha, que siendo la Menor, puede suplir a todos inclusive a Obatalá.
Según Leyendas Nigerianas, Oshún cambio su largo pelo a Yemayá por Telas de colores bellos y con el Pelo que le quedaba Oshún se hizo hermosos peinados, naciendo con eso la Ciencia de los Cosméticos de Tocador de Pelo.
Oshún vivió con Ayagguna pero tuvo que dejarlo debido a la Igbin que éste comía que para ella es Tabú. Oshún con quien más hijos tuvo fue con Obbatala, por eso es que los hijos de Oshún hacen o consagran muchos Sodo Orishas de Obbatalá en su vida religiosa. Oshún es famosa en toda Nigeria por su participación en la Creación del Feto en el útero, ella preside el Embrión junto con Yemayá y Obbatalá es el Escultor que le da forma y le da el Ashe de la palabra, para que Eleda de Olofin baje. Oshún vivió con: Osain, Shakuana, Shangó, Orunmila, Ayagguna, Aggayú, Orishaoko, Oddua e Inle. El hombre que le satisface es Inle y el que le conviene es Orunmila, pues se Corona. Oshún es la única que puede oír a oro (secretos de los hijos de oshun que tienen en la cabeza eyilawa oshebora).
Tienen que tener frente a Oshún una PESA para que le indique lo BUENO o lo MALO del día según sus oscilaciones.
ella. No compartieron con ella y la maltrataron. Ella se sintió aislada, pero debido a su virtud, no perdió la cabeza ni se enfureció. Lo que sí hizo, fue que en lugar de echar bendiciones, dejó de bendecir con su aché a los demás, porque ella sabía que solo se debe compartir el aché, la energía, con aquellos que lo ameritan. Y así los trabajadores comenzaron a darse cuenta de que nada que hacían valía la pena, nada rendía frutos, la tierra ya no era fértil y sus métodos para todo ya no eran útiles. Ya no había desenvolvimiento. Dejaron de prosperar y evolucionar. Su frustración a la larga los llevó a los pies del profeta Orunmila donde fueron adivinados para ver que sucedía. Al verlos Orunmila, dijo de inmediato: "¿Donde está Ochún? ¿Por qué no les acompaña? ¿Porqué no la están incluyendo en todo lo que hacen, y honrando como les fue instruido antes de ser enviados a la tierra?” "Es porque es la única mujer y tiene toda la fertilidad", respondieron.
Orunmila entonces dijo: "Se han dejado consumir por la envidia", y les recomendó que le ofrecieran sacrificios a Ochún, que la sirvieran, que trabajaran duro y recogieran néctar real para alimentarla, como hacen las ovejas a su reina en todos los nidos de abeja y de aquí es que se origina esta tradición en esa especie de alimentar la reina con mermelada real. Es por Ochún que todos los nidos de abejas tienen una reina. Dijo el profeta del Señor que si ellos realizaban estos sacrificios, su trabajo rendiría frutos de nuevo. Mientras todo esto sucedía, Olodumaré-Dios miró a Ochún con compasión mientras ella le rezó y le recordó cuan humillada y avergonzada la habían hecho sentir, y lo mal que la habían tratado. Dios vio que ella había cargado el yugo del rechazo y opresión con virtud y dignidad, sin perder su cabeza y sin usar su poderosa magia para ejercer justicia, y que solo había negado su bendición a aquellos que contra ella cometieron injusticias. Se condujo como toda una reina. Entonces Olodumaré decidió otorgarle el honor de ser la reina de las abejas, y le dio una corona con cuentas y la declaró la mayor de las abejas.
Cuando el resto de las 16 trabajadoras primales retornaron, la vieron en su nueva regalía y se sintieron avergonzados. De inmediato comenzaron a ofrecerle los sacrificios que les habían sido instruidos por el profeta Orunmila. Fueron por los jardines, recogieron néctar real y se lo pusieron en la boca de modo servil, y le hicieron de todo tipo de ofrendas propias de una reina, y finalmente le preguntaron si aceptaba sus sacrificios. Bastante cómoda en su nuevo estatus como la reina, ella contestó:" Estoy preñada. Si paro una fémina, mi hija será estéril y me servirá a mí y a mi colonia como trabajadora, y la tierra será un lugar olvidad y sin vida. Si paro un varón, entrones habrá continuación de la vida, y solo entonces compartiré mi aché con ustedes de nuevo, y podemos continuar civilizando a la humanidad". Ella quiso enseñarles una lección con esto. Como reina, Ochún tenía el conocimiento secreto y el poder de elegir el sexo de su creatura, pero ellos no lo sabían. Aún hoy, las reinas en las colonias de abejas tienen este poder y conocimiento. Todos los días las abejas la alimentaron con néctar real, y le rezaron e hicieron sacrificios a su vientre para que fuera varón. Finalmente llegó el día del parto, y la reina esperó cinco días para salir y anunciar el nacimiento de su creatura. Para su celebración, era un varón. Fue llamado Oshe-tura por el sabio profeta Orunmila en la ceremonia de nombramiento. Finalmente las abejas tuvieron que retornar a Ochún a su ciudad sagrada de Oshogbo, en una carroza de oro mientras la alimentaban con miel y néctar real, y fue así como llegó a la ciudad sagrada donde hasta hoy es adorada como patrona. Fue así como Ochún salvó al mundo, permitiendo que la vida y la fertilidad continuaran, que las abejas se multiplicaran y que pudieran seguir endulzando y civilizando a la humanidad. Desde entonces, toda abeja tiene cuidado en no insultar a Ochún, pues es lenta en perdonar a los que agreden a los demás, pero a la vez es compasiva con los que son maltratados por los demás ya que ella nunca olvida que también una vez fue oprimida y sufrió injusticias. Es esta su naturaleza agridulce. Este mito explica también porqué Ochún, aunque es la madre de todos, no cría a sus hijos: tiene sirvientes que realizan todo el trabajo y ella es la reina. Su rol es dar fertilidad, alegría y placer.
Oricha del rió, dueña de la feminidad del rió, es el símbolo de la coquetería y la sexualidad femeninas, mujer de Changó e intima amiga de Elegua que la protege.