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domingo, 20 de junio de 2010

EBBO O SACRIFICIOS



El verbo Yorubá “Bo”,(significa adorar o venerar), y tiene la misma raíz consonante que el verbo “Bó” (que significa alimentar o dar de comer). Así que decir “Bo Orisha” (significa hacer sacrificios a una deidad o adorar una deidad). En sentido ritual, el acto del sacrificio es ofrendar comidas a las deidades. Decir “Rú´bo” (significa ofrecer sacrificios)
No existe un Oddún del Diloggún o Ifá, donde no se destaque la importancia del sacrificio o “Ebbó”, en el proceso de transformación del ser humano. Sacrificar, del latín “ Sacer Facere”, es hacer sagrado u oficiar, en lo sagrado y ambos sentidos nos remiten a la idea de transformar, algo profano en sagrado, o actuar de acuerdo al rito o el orden de la sabiduría de la naturaleza, también podríamos inferir que sacrificar, es la manera de enderezar nuestro destino que se ha torcido o restituir a su estado original, aquello que se ha degenerado o corrompido. En el signo de Ifá Oshé Tura, en Diloggún Oshé Tonti Meridilogún (5-16), se establece uno de los principios fundamentales en la naturaleza: El intercambio, es la expresión más generalizada en las relaciones, entre los hombre; entre el hombre y las deidades; entre el hombre y los ancestros; entre el hombre y la naturaleza; entre el cielo y la tierra; entre los sistemas que existen en el cosmo; entre los minerales, las plantas, animales, entre los mundos visibles e invisibles, entre todo lo que existe en el universo, ya sea visible o invisible, existe el intercambio, ya sea conciente o inconciente, voluntario o involuntario, de manera sutil o manifiesta. Elegguá el mensajero divino, es el regulador de este intercambio, de esta dinámica que adquiere distintas modalidades de expresión, según sea la dimensión en la que se manifieste, sea física, emocional, intelectual o espiritual. Seria largo y fastidioso seguir enumerando. Podemos circunscribirnos al intercambio de tipo espiritual, al que se hace entre el hombre y las deidades.
Desde el principio de los tiempos, cuando el hombre contemplo la naturaleza concibió la idea de la existencia de seres mas poderosos que el, al mismo tiempo busco la forma de llegar hasta ellos, de entrar en contactos con ellos y recibir sus bendiciones. Esta primera motivación echo andar una concepción religiosa, que es la misma en todas las tradiciones espirituales de la humanidad y que encierra en si lo religioso y lo espiritual a la vez.
Hay un principio común en todas las tradiciones espirituales que conoce el hombre, desde el Brahman Hindú, el místico Sufí , el Santo Taotista, El mártir cristiano, El Rabi Hebreo y los Sacerdotes de Oshá e Ifá , “todo es sacrificio”, “porque todo es intercambio”. En el mito de la creación nuestro texto bíblico de Ifá, en el Oddún Oshé Turá (5-16), nos enseñan, que Elegguá, recibio de Oloddumare la virtud de regular el intercambio en todos lo sentidos. Que esté Oddún, es el representante directo de Eshú (Elegguá), a quien este le delega parte de de sus funciones ante Oloddumaré. Oshé Turá claramente representa y expresa uno de los aspectos simbólicos más importantes de Eshú (Elegguá), como dueño y controlador del Ebbó, la ofrenda ritual. Una vez que Obbatalá hizo habitable la tierra, creo los hombres y otros bienes, se retiro a su morada en el cielo. Pero Olokún, la deidad de los océanos decidió inundar de nuevo la tierra, lo cual causo muchos estragos y desastres a la humanidad.
Llenos de muerte, dolor, y sufrimiento, los hombres invocaron a Obbatalá, a través de plegaria y rezos, pero este no los escuchaba, entonces se dirigieron a Elegguá quien vivía en la tierra, le rogaron que llevara sus plegarias a Obbatalá y Elegguá les pregunto ¿Dónde esta el sacrificio “ebbó” que debería acompañar este mensaje?, y los hombres respondieron: “esta es la comida de Obbatalá”, pero Elegguá no se movió y se extrañaron y dijeron: “nosotros no entendemos ya te entregamos la ofrenda de Obbatalá”, y Elegguá le respondió “ustedes me han pedido que haga un gran viaje, y lleve un mensaje y un Ebbó (sacrificio), pero ninguno le ha hecho una ofrenda al mas humilde mensajero” por lo que sentenció “denme mi parte entonces iré” .
Este mito originario de la tradición de Ifá, que nos enseña el principio del intercambio, que luego queda establecido en el Oddún de Oshé Tura.La vida diaria de un ser humano esta llena de “sacrificios”. Para obtener algo siempre se requiere realizar algo ya que para recibir primero hay que dar algo a cambio, por ejemplo: si una persona necesita dinero habrá de hacer un inversión, esa inversión será un poco de dinero para lograr obtener más en el futuro o tal vez estudiara una carrera bien remunerada pero le significará dedicación y toma de tiempo, que bien pudiera haber utilizado en una diversión u otra cosa, si usted desea obtener una casa tendrá que pagar una suma considerable mucho más que en una alquilada, que a su vez tendrá que velar por su cuidado y mantenimiento pero al final tendrá que irse pues no es suya no así en una propiedad suya que todo el dinero que usted invierta en ella será parte de su patrimonio que en el futuro le generará divisas a través de la venta u alquiler de dicha propiedad, resumiendo que para obtener algo hay que sacrificar ya sea tiempo, dinero, salud, tranquilidad, etc.
El futuro de una persona ya esta dictado irrefutablemente, su Orí tendrá que evadir o superar todos los obstáculos existentes aumentando o reduciendo los grados de consecuencias que le acompañan, podrá variar los lapsos de tiempo de triunfos o fracasos y estos últimos serán mitigados si tienen un buen Orí o a través de la conformidad que da la comprensión, el entendimiento y la sabiduría o en caso contrario llevará una vida de infelicidad y frustración. A fin de lograr la culminación exitosa de su destino, la persona no solo deberá realizar los sacrificios a los que hacíamos referencias anteriormente si no tendría a elección propia de ayudarse a través de los sacrificios a nuestros Oshas, Orishas y Ancestros, así como también apoyarse en la obediencias a los tabúes o prohibiciones que los Oshas y Orishas determinen sobre la persona. Con los sacrificios a las deidades o ancestros bien podríamos evitarnos esos tipos de sacrificios a los que al principio hacíamos referencias superando así obstáculos y obteniendo beneficios mayores, de más durabilidad incluso a más corto plazo. Existen varios tipos de Ebbó y su composición será obtenida a través del oráculo del Diloggún.
A través de los Ebbóses podríamos alterar los estados del tiempo, del destino ¿Cómo? Pongamos este ejemplo: Una mujer X tendría un destino así compuesto: Nace, su vida transcurre sin ningún tipo de problemas hasta que a los 20 años se fractura una pierna, se casa a los 27 años se divorcia, se casa de nuevo a los 42 años y se divorcia 3 años más tarde y su vuelve a casar a los 50 años, más tarde a los 80 años se saca la lotería. A través de un Itá o una consulta con el oráculo del Diloggún esto se vería ¿Qué Hacer? Deberíamos hacer sacrificios, al hacer los sacrificios, Ebbóses prescritos sería todo distinto a los 20 años ya no se partiría su pierna eso sería trasladado a los 80 años e incluso podría reducirse a un simple esguince pero le sucederá algo finalmente, ya no se sacaría el premio a los 80 años seria a los 30 años, claro si esto esta en su destino, si no esta en su destino tampoco se sacaría nada, pues si mediante un Ebbó se podría obtener de algún modo sacarse la lotería, el primero en sacársela sería el adivino, pues para eso lo es. Hay cosas que no pueden ser forzosamente integradas al destino y es una cosa que se le tiene que explicar muy bien a los devotos de esta religión a fin de evitar frustraciones de deseos, y caprichos de cuestiones que no se encuentran incluidas en su respectivo destino, en el caso que nos ocupa o que pusimos como ejemplo la mujer X tiene en su destino 3 matrimonios esa parte será invariable, pero si se podría reducir los espacios del tiempo; se casa los 25 años, se divorcia al año, se casa a los 26 años, se divorcia a los 27 años, y logra la felicidad conferida en el tercer matrimonio a los 28 años, buena diferencia o tal vez se pudiera reducir las dos etapas de fracasos a dos simples y pasajeros noviazgos, antes de llegar al tercero el que sería el de sus nupcias permanentes. Valdría entonces la pena de hacer el sacrificio a las deidades mediante Ebbóses y addimuses en vez de soportar sufrimientos y lamentaciones.
Después que se conocen las predicciones futuras de la persona que se consulta, debemos determinar que Ebbó le aplicaremos a dicho consultado, en el Oráculo del Diloggún los recursos o alternativas posibles son de dos tipos: Ebboses y Addimuses. 

Los sacrificios (ebbo)
A los orishas hay que ofrecerles sacrificios ("ebbo") lo cual necesitan para vivir. Puede ser fruta, vela, comida, un sacrificio, etc. El orisha consume el ashe invisible liberado de los sacrificios a través de una consagración (palabras sagradas de dedicación).
Cada orisha tiene unas hierbas y animales que le gusta consumir y solo estas cosas que disfruta el orisha son las que se deben sacrificar. La sangre y las hierbas se vierten sobre piedras rituales que representan a cada orisha y que contienen la esencia espiritual de los orishas. Por eso la Santería requiere de tiendas llamadas "botánicas" donde se venden las hierbas y otros objetos de la religión.

Hay tres tipos de sacrificios de animales:

1- Para limpiar de un mal o una maldición
2- Al orisha pidiendo su asistencia
3- Para la ceremonia de iniciación en una de los órdenes de la Santería.

Antes de que un "ebbo" pueda ser ofrecido se debe invocar el "eggun" o "Eleggua", los cuales son los espíritus de los ancestros, ya sea de la persona o de la familia santera a la que pertenece. 
 Eleggua es el orisha que lleva la ofrenda a los otros orishas y por eso debe honrársele primero


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