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domingo, 10 de abril de 2016






El Oriaté


Maestro de ceremonia en las consagraciones de Osha. En estas ceremonias deben estar presentes los padrinos, de quienes nacerán los fundamentos sagrados que serán entregados a la persona ceremoniada, además también deben estar presentes cierto número de Babalòrìsàs e Iyalòrìsàs que trabajarán y serán testigos del ritual. Puede ser que en estas ceremonias los Olòrìsàs presentes y los padrinos constituyan un grupo de personas respetables y se hayan esmerado en la organización de la consagración, pero si falta el Oriaté lamentablemente las ceremonias estarán incompletas. Con esto queremos decir que ineludiblemente el Oriaté siempre debe estar presente en todos los rituales de Osha ya que es el que dirige los ceremoniales gracias a los amplios conocimientos que tiene sobre la religión Yorùbá. En otras palabras, el Oriaté es un Olòrìsàs que

tiene extensos conocimientos sobre los cantos, rezos y ceremonias que se efectúan en el cuarto de Osha a la hora de realizar las consagraciones. Esta Persona tiene la sabiduría suficiente para estimular y llamar las fuerzas o energías de los Òrìsàs en ese momento específico.
La palabra Oriaté significa en lengua Yorùbá “la sabiduría que se lleva en la cabeza”; etimológicamente podríamos descifrarla como, Orí: cabeza y Até: estera. Recordemos que simbólicamente en el Até se manifiesta el conocimiento del mundo, cuando se consultan cualquiera de los dos oráculos: el de Ifá y el de los Caracoles. Se sabe que todo el conocimiento no puede estar en una cabeza, como lo dice el odu “Ogbe Di”, pero lo oriateses deben instruirse cada día más para poder llevar la responsablemente su importante título, por lo cual deben mantener y ampliar sus conocimientos religiosos. La figura del Oriaté es respetada en cualquier casa religiosa sin importar su edad cronológica, y en algunos casos ni su edad sacerdotal, ya que es visto como un sacerdote de alta jerarquía debido a su gran conocimiento.
El conocimiento del Oriaté
El título de Oriaté no se entrega, llegar a serlo depende del estricto dominio de todo el conocimiento que se utiliza en las consagraciones de Osha y el resto de las ceremonias que se realizan entre Olòrìsàs. A nuestro juicio, para la iniciación de un nuevo Oriaté también debe ser tomada en cuenta la opinión de otro sacerdote experimentado, lo cual se tomaría como una licencia para darle paso al nuevo sacerdote en el ejercicio de sus funciones como Obatero.
El conocimiento que tiene el Oriaté lo convierte en Obá lo cual quiere decir en lengua Yorùbá, “Rey”. De esta manera se puede observar que, gracias a su sabiduría, el Oriaté es considerado Rey entre las personas que practican la religión Òrìsà, y sin él sería imposible todo ceremonial de envergadura. Como ya se dijo, todas las ceremonias importantes deben ser conducidas por él, desde un Oro a Egun hasta el Ituto u horas fúnebres, pasando por los cantos a Osanyin. Una expresión popular entre Babalòrìsàs nos dice, “sin Osanyin no hay Osha”, lo cual significa que Osanyin le dará "vida" a los objetos sagrados que se entregarán en cualquier consagración. En ese momento el Obá hará un mínimo de 16 cantos o suyeres a esta importante deidad, para que éste transmita los poderes que se encuentran en las plantas.
Estos cantos y rezos son sumamente importantes en el trabajo del Oriaté, se deben realizar totalmente en lengua Yorùbá y cada uno va a tener una función especifica en los rituales, por lo que este debe conocer el significado de cada uno para poder utilizarlos en el momento adecuado. Estos cantos van a variar según sea el caso, como por ejemplo los quue see le hacen a Egun (ancestros y espíritus guías) en donde se le rinde tributo a los antepasados, o a los Babalòrìsàs, Iyalòrìsàs y Babaláwos difuntos. Se conocen aproximadamente 100 cantos a Egun, los cuales el Obá debe conocer, si no todos por lo menos la mayoría, para así poder cumplir su cometido. También está el Oro de Igbodú o cantos ceremoniales del cuarto de Osha, lo cuales son dedicados a los Òrìsàs e Irunmole principales; en ese momento de la consagración, el Oriaté hace por lo menos 3 cantos en Yorùbá a cada deidad. Estos cantos son específicos y el Obá debe tener conocimiento de lo que está haciendo porque hay algunos para llamar a las deidades, otros para alabarlos y hay hasta para calmarlos cuando se posesionan de un Olòrìsà y llegan aturdidos a la Tierra.
Además de los cantos, el Obá debe entender con perfecta claridad todos los conceptos religiosos de los Yorùbá y el significado ritualístico de cada una de las ceremonias que realiza. Debe conocer y aplicar las variantes que existen en las reglas de consagración, las cuales se presentan cuando se consagra a los hijos de Sàngó, Agajú, Oya, Òsóòsi, Ògún, etc. En otras palabras, cuando se consagran los Òrìsàs antes mencionados se anexan ciertos detalles en los rituales los cuales varían según la deidad que se va a consagrar. Todo ese conocimiento lo debe dominar el Oriaté.
Otra de las funciones del Obá-Oriaté (muchos piensan que así es como se debe llamar) es la de interpretar el mensaje de los Òrìsàs a través del Oráculo de los Caracoles en la ceremonia del Itá o lectura del porvenir. Allí el Obá debe tener pleno dominio del oráculo además de los rezos de cada signo, los cantos del Nangareo (desayuno que se tiene con Olorun antes de la ceremonia) y el ebo de estera, en donde el iyawó es limpiado gracias a la influencia de los signos del Caracol y los rezos que el Oriaté hace de cada uno de ellos. En este importante ceremonial, el Obá deberá mostrar el extenso conocimiento que posee sobre las historias o versos Yorùbá para extraer de ellos las metáforas que guiarán el camino del nuevo consagrado, además deberá encontrar en estos mensajes las fórmulas que mejorarán su vida.
Como maestro de ceremonias, en sus funciones también recae la responsabilidad de ayudar al Olòrìsà desencarnado a encontrar el camino que lo llevará a Olódùmarè. El Obá, en la ceremonias del ituto, llamará a los Òrìsàs y a los espíritus guías del difunto para que lo desprendan de la Tierra y lo lleven a planos superiores.
Rey de Reyes
Las funciones del Obá-Oriaté son múltiples, para dominarlas este sacerdote debe tener un alto grado de vocación religiosa para así poder usar en su debido momento las innumerables fórmulas extraídas de los profundos secretos de la tradición religiosa Yorùbá. Este importante personaje debe tener una buena capacidad mental para poder dominar todo el amplio conocimiento de los ceremoniales de Osha, el cual deberá mantener fresco con el constante estudio de rituales, cantos, patakíes y rezos necesarios para cualquier tipo de trabajo en la religión.
Además de todo el conocimiento que pudiera tener el Obá, generalmente su camino como sacerdote es predestinado en el Itá, el día de su consagración. Como un Olòrìsà recién consagrado, el futuro Obá-Oriaté no tiene idea de cuál va a ser su destino dentro de la religión Yorùbá. En ese momento, a través de los signos del caracol, los Òrìsàs determinan su destino y si puede llegar a ser Oriaté. Normalmente el Itá no se orienta a determinar estos designios, pero si se presenta el caso, y el Oriaté que está dirigiendo las ceremonias tiene buen ojo, se podrá interpretar el mensaje en donde los Orìsàs determinan que el recien consagrado será un nuevo maestro de ceremonias, tras lo cual debe prepararse con la ayuda de los mayores para desempeñar dicho trabajo en un futuro. Se puede observar entonces que los Òrìsàs señalan a al nuevo Oriaté a través de los signos del oráculo de los caracoles, el día de su Itá, signos que son principalmente: Obara Meji, Odi Meji, Eyeunle Meji, Odi Unle, Unle Di, Ojuani Iroso, Odi Iroso, Unle Ogundá, Unle Iroso, Obara Di y Unle Osa. Obviamente los Òrìsàs son los que dirigen esta religión, por lo tanto en el caso del Oriaté se deben tomar muy en cuenta los signos u odus de los caracoles para determinar si verdaderamente la persona tiene camino de Obá y así evitar que en el futuro un supuesto Obá haga consagraciones incompletas o mal hechas por la falta de capacidades.
El título de Oriaté es muy anhelado en la religión de los òrìsàs pero hay que estar consciente de que no todos nacen para serlo. 

 Grandes Oriateses que en otrora desempeñaron su trabajo con grandeza como lo fueron: Timotea Albear "Latuán" (Ajayi Lewú), Ña Rosalia (Efunshe), Liberato Valdés (Ewin Leti), Abelardo Becquer (Emi Osun), Maximiliano Ordaz (Obá Yumi), Carmen Miró (Ewin Leti), Domingo Gómez (Sàngó Miwá), Octavio Samá (Obadimeji), Lamberto Samá (Ògún Toyé), Nicolás Angarica (Obá Tolá), Gilberto Carrasco (Obá Yoko), José Roche (Oshún Kayodé), Tomás Romero (Ewin Leti), Abelardo Hernández (Oshún Funké), Chiqui Valdés (Omi Dina), Iván Lara (Obá Delé), Emma Terán (Oshún Leti), Elpidio Mercado, y entre otros, Lázaro Alfonzo, quien fue Oriaté durante más de 30 años antes de ser Babalawo. , Roque Duarte "Jimagua", Dany Rangel, Pedrito "El Sawero", Máximo Texidor (Shangó Ladè), Miguel "Willie" Ramos (Ilari Obá), Esteban Pérez (Ògún Relekun), Ambiro Terán (Ewin Kolade), Ernesto Pichardo (Obá Irawo), Wagner Barreto (Aladè Jínmì), Rafael Molina (Obá Temi), Gladys Quiroga (Omi Toké) y Kevin Pérez (Oya Tiyoko),